miércoles, 16 de junio de 2010

Los relámpagos de agosto - Jorge Ibargüengoitia

Estamos en época del centenario de nuestra revolución y el escritor mexicano nacido en Guanajuato en 1928, Jorge Ibargüengoitia nos viene a recordar con esta su primer novela Los relámpagos de agosto publicada en 1965 la última etapa de la revolución pero desde un punto satírico. Ibargüengoitia siempre se caracterizó por tener un sentido crítico dentro de su literatura, abordándolo desde el aspecto humorístico, usando el sarcasmo y la sátira en algunos de sus personajes que abarcaban la política. Esta novela no es la excepción, como ya dije aborda el tema de la última etapa de la Revolución Mexicana y de la conformación de las clases político-militar con una prosa llena de farsa y critica. Ibargüengoitia toma como personaje de esta novela a un ficticio General José Guadalupe Arroyo, el cual nos va narrando a manera de autobiografía sus aventuras por la lucha revolucionaria, su trato con los demás Generales que son necios, hambrientos de poder, toman decisiones a la deriva que vienen a dar como consecuencia el desmoronamiento del movimiento y por supuesto del país El protagonista, el General Arroyo se atribuye a si mismo cualidades como honradez, inteligencia y demás cosas admirables, que si estas hubieran sido genuinas durante la transición del poder la historia de la novela no hubiera terminado con un General Arroyo derrotado y en realidad la historia real de las Revoluciones hubieran sido también diferentes de haber contado con tan admirables Generales como el mismo Arroyo se hace ver a él y a algunos compañeros. La novela está narrada de manera sencilla y corta lo que la hace de fácil lectura, quedando aquí como opción otra manera de acercarse a la historia de nuestra Revolución, pero tenga en cuenta que lo sucedido en la novela esta construido con eventos ficticios que por la mente de Ibargüengoitia pasaron pero que al final de cuentas nos deja la calcada y ya tan repetida enseñanza de que la historia la escriben los ganadores..

Visita: http://www.infolaguna.com.mx/
Tv y radio por internet.

martes, 25 de mayo de 2010

El día más feliz en la vida de Rito Olvera

El día más feliz en la vida de Rito Olvera
Bun Alonso Saldaña

Increíblemente Rito Olvera había cometido el error de programar su despertador 15 minutos después de las 7 de la mañana. Se levanto muy apurado y golpeo la rodilla con el buró de a lado de su cama, soltó una maldición en voz alta que lo asusto un poco, pues no lo hacia desde sus tiempos de universitario. Fue al baño y comenzó a rasurarse mientras recordaba el sueño que había tenido esa noche, eso también era raro en él que no soñaba desde hace mucho tiempo. Empezó a reconstruirlo poco a poco, primero un árbol, luego Susana, su compañera de trabajo esta junto a él, enseguida los dos comienzan a caminar llegando a una ciudad tomados de la mano y ella entra a una tienda de recuerdos, de repente a Olvera le llega la imagen de un castillo lleno de neblina y ella junto a él otra vez, recuerda oírle decir algo como “no, no es posible” y verla alejarse entre la neblina como entrando al castillo, después la reconstrucción del sueño se volvió confusa y Olvera siguió pensando tanto en Susana hasta ver en el espejo un hilito de sangre bajando por su barbilla.
    Mientras se vestía se dio cuenta que el sueño le estaba generando cierta atracción y hasta ternura por Susana. Salio de su casa faltando 15 minutos para las 8 y por seguir repasando esa sensación ignoro el frío que hacia y se vio obligado a volver por un suéter. Entró, saco uno al azar que resulto ser gris y que no recordaba haber visto en mucho tiempo, se lo metió sin pensarlo, noto que su mano izquierda salía fuera con facilidad pero la derecha quedaba atorada luchando por salir de la manga y como una asfixiante estrechez le apretaba la boca y nariz fuertemente hasta que se percato que intentaba sacar la cabeza por una manga. Con la mano que tenia libre estiro hacia arriba la manga con todas las fuerzas que sus 42 años le permitían hasta lograr zafarse. Tiró rabioso el suéter ya guango al suelo y tomo otro que aún le quedara. Ahora nada le impidió lograr subir al auto y arrancarlo mientras pensaba que iba a ser la primera vez que llegaría con más de media hora de retraso a la empresa donde desde hace 15 años laboraba.
        
Sonaba The thin ice en el estereo de su coche del disco The wall, uno de los pocos que aún le sobrevivían de su vieja colección cuando cayo en cuenta del suéter tan ridículo que se había puesto, ganas no le faltaron por regresar a su casa a cambiárselo pero a estas alturas seria un acto de desfachatez. Comenzaron a escucharse sonidos de claxon a lo lejos que se fueron haciendo más constantes y sonoros hasta que Olvera tuvo que detener su auto y hacerse participe en una gran fila donde todos lo hacían sonar. En total eran tres filas sin avanzar y el auto de Olvera ya casi se encontraba en medio del gran embotellamiento de periférico. Golpeo enfurecido el tablero de su auto convenciéndose de que ya no llegaría al trabajo.

Observó a un hombre con un gran saco gris que bajaba de su auto y lo vio regresar 20 minutos después con la noticia de que 1 kilómetro más adelante un trailer que transportaba gallinas había volcado tras tener que esquivar de golpe un auto y las gallinas que escaparon de sus jaulas estaban deteniendo el trafico pero ya los equipos de rescate estaban en la tarea de atraparlas junto con algunos conductores que también ayudaban mientras la grúa removía el trailer volcado. Olvera se enteró de esto gracias al conductor del auto vecino que había bajado para cuestionar al hombre del gran saco gris. Resignado a la espera, bajo un momento para encender un cigarrillo, busco en los bolsillos del pantalón, en el maletín, en la guantera del coche y se dio cuenta que definitivamente ese no era su día. Se recargo contra su coche con una cara igual a la de todos los conductores, una mano rascándose la cabeza en muestra de desesperación y con facciones de hastío. El conductor de adelante bajo también, Olvera le preguntó que si tenía un cigarrillo pero él respondió que no fumaba y no volvieron a cruzar palabra. El frío ya comenzaba a calarle y otra vez enfurecido volvió al coche a tratar de calmarse. Se recostó en el asiento y se dejo envolver nuevamente por ese sueño tan extraño, por Susana en el, por ese castillo y ella desapareciendo en la neblina tras decirle “no, no es posible” y él mirándola tristemente. Los coches comenzaron a avanzar, primero 20 metros, luego 50 y otros 50, le siguieron 300, hasta que finalmente salio de ese embotellamiento, Olvera pudo observar al pasar por el sitio donde había ocurrido el accidente a una gallina aplastada que le repugno un poco.
     Se hallo un momento sin idea de que hacer o a donde ir. Se detuvo en una calle poco transitada, todo le había salido deforme a lo planeado, sus planes por primera vez se estaban ejecutando malamente, sacándolo de una rutina casi ensayada frente al espejo, era como un manual donde día a día seguía los mismos pasos sin ningún espacio a la improvisación y ahora se veía ahí abandonado por esa monotonía. Dio stop al estereo del auto y  se detuvo a pensar en Susana, en que se tendría que quedar con las ganas de verla, en realidad nunca había sido para él otra cosa más que una compañera de trabajo y ahora que la soñaba sentía la necesidad de apreciarla de una nueva manera aunque sólo fuera por ese día.

Regresó a su casa, recogió el suéter gris que dejo tirado al salir y marcó al trabajo para reportarse enfermo, se cocinó unos huevos a la mexicana que se le quemaron un poco y no pudo ni terminarlos por el sabor y ya no tuvo ánimos para cocinar otra cosa. Se derrumbó en el sillón que estaba frente al televisor, encendió un cigarrillo olvidado que comenzó a mover por el aire como haciéndolo bailar y observando la brasa que lentamente se consumía como ese estar ahí, que es tanto, sabiendo que podría hacer muchas cosas, tantas que no saber por donde comenzar y limitarse a mirar. Encendió otro y después otro hasta que terminó los pocos que quedaban en la caja y se quedó como adormecido por un largo rato, si los perros del vecino no hubieran ladrado muy fuerte, él hubiera seguido en su sueño en la nada con ojos abiertos por más tiempo.

    Era mediodía y ahora el mundo le sonreía a Olvera con esos grandes dientes sucios, casi negros y los labios con grietas, erupciones y carcomidos por el hombre, por eso mismo salió para andar a pie por la ciudad, en busca de algo que aun no sabía que era, pero que todo hombre a su edad busca sin cesar en esos días en que el mundo se rinde a sus pies pero resulta demasiado grande como para sostenerlo en sus manos y se les escurre como la piel en sus rostros.
Llegó hasta el centro de la ciudad y las diversas tiendas que había le recordaban a aquella en la que en su sueño Susana se había metido sin razón aparente. En una de ellas compró una cajetilla de cigarros de una marca que no había fumado nunca, fue a la plaza y fumó uno antes de rechazar con la cabeza la oferta de un limpiabotas, después encendió otro sin terminar de agradarle en completo y guardo la caja en su pantalón para tomar un autobús de regreso a casa pues se había dado cuenta que el suéter ridículo que aun portaba lo abochornaba hasta hacerlo sudar por el sol que comenzaba a calentar la ciudad.

Por la tarde las noticias en la televisión no decían nada nuevo, crímenes por el mundo, asuntos políticos y charlatanes de palabrerías, un embotellamiento en la ciudad, bah, cosas aburridas que para Olvera no valían la pena ver ahora que su día estaba en pleno apogeo y sus ánimos se iban alegrando, en vez de eso cambio de canal a uno de caricaturas con las que rió enormemente sin importarle el verse ridículo. Recostado en el sillón una modorra lo empezó a poseer y más de dos veces estuvo a punto de flaquear pero Olvera no quería desaprovechar así su tarde, la noche esta para dormir, el día para él sería diversión y para no caer en las garras del sueño fue a su recamara y comenzó a desvestirse de esas ropas tan formales que vestía desde hace años. Se puso una pantalonera, tenis blancos y una playera de manga corta amarilla a pesar del frío que aun persistía y para aminorarlo se fue trotando al parque sin parar y cuando lo hizo dejo caer su agitado cuerpo en una banquita del parque y sintió como nunca el pesar de los años, descanso unos minutos y luego fue a un bebedero para después volver a la banquita donde aprovecho la refrigeración que el agua con sabor oxidado y la plena tarde le daban para sentir lucidamente los sonidos de pájaros sobre su cabeza que le rememoraban los encuentros en un parque parecido a ese con un amor contrariado de su juventud que hasta el día de hoy le hacia revolver las entrañas y que tal vez ese era el centro de su búsqueda, de algo que siempre le hacia darse de topes con la frustración y la rabia. Y pensó en eso mismo como en una manera de rehacerse, se puso de pie y saco fuerzas de lo mas recognito de su ser y empezó a correr salvajemente mientras sentía un puñado de lágrimas que luchaban por salir pero el decidió reír, y corría carcajeándose levemente con dos o tres lágrimas fugitivas. No se dio cuenta cuanto tiempo llevaba corriendo, pero sintió que su cuerpo y pulmones le suplicaban que parase y entonces obedeció y se demolió en otra banca, con un brazo se limpió el sudor que empezaba a calarle en la cortada de la mañana. Ahí descanso un poco tratando de no volver a esos recuerdos que el parque le habían traído de regreso y en vez de eso se puso feliz por que su cuerpo no era aquella piedra como desgastada por las olas que creía, por lo menos le había demostrado lo contrario en esa carrera que acababa de dar, exhaustante y sudorosa.

El agua de la ducha estaba tibia tal como le gustaba a Olvera que comenzaban a flaquearle las piernas. Se vistió de nuevo con ropa deportiva y se hecho en la cama para descansar su viejo cuerpo y tratar de dormir los recuerdos que se empeñaban en recorrer las calles que los traían de regreso para catapultar a Olvera a aquellas tardes cuando las ganas los carcomían y los hacían encontrarse y sobre sus cabezas un mapa de nubes presagiaban la pronta llegada de la noche donde sólo cabía la soledad, el amor y ella y otras tantas cosas más. No era posible que casi 15 años después estuviera volviendo con fuerza a ella, a la muerte y a las otras cosas que eran tantas; él destrozando su recamara, los espejos rotos, sillas volando y objetos que encontraba y arrojaba para que ella los esquivara, algunos no con mucha suerte, mientras ella gateando por un lado de la cama, con una mano tratando de proteger su cara decía “no te engaño, eso no es posible, estas loco” para tratar de calmar a un enfurecido y celoso Olvera que seguía corriendo y destrozándolo todo sin escuchar hasta que ella lograba escapar entre llorando y rabiando de coraje, soltando baba como un perro y arrancando su auto que parecía volar en vez de andar. Él, tirado ahí en la cama comenzaba a alucinar con esos momentos y las imágenes del sueño se le empalmaban a esos recuerdos y él queriéndolos ahuyentar con las manos como si fueran moscas, pero ahí estaba Susana que ya no era Susana, la neblina, el castillo y la esquizofrenia que no era posible que estuviera volviendo.
     Creía haber sanado de aquellos días y de aquel suceso pero se había sometido a una vida de rutina que nunca le había dado el espacio de volver para sanar por completo como lo hizo de las cortadas en brazos y piernas que literalmente un amor tan filoso como una navaja de afeitar le había hecho hace años y ahora el simulacro de una vida en la que todo iba bien se derrumbaba en el momento preciso en que el día parecía estar mejor tras haber corrido como loco juvenil en el parque.

Salió lloriqueando y hasta babeando como lo hizo ella ese día pero a diferencia él no subió a su auto para estamparse poco después. La rabia contra si mismo le era el motor que lo volvía a hacer correr por todo el barrio moqueando y soltando lagrimas con un cielo rojizo ya por oscurecer, esquivando personas y autos, la frente ya empapada en sudor que resbalaba por todo su rostro enmarañándose con el otro liquido salado que Olvera se limpiaba con una mano como espantándose las moscas que no pudo espantarse antes.

Volvió a casa y revoloteando entre viejos escritos y cartas que nunca llegaron a quien debían haber llegado, sacó pluma y papel para plasmar las confesiones que nunca le había hecho y que le era tan urgente hacerle, en una primera hoja solo logro crear garabatos, rayones sin forma, espirales, líneas rectas, todo fusionado hasta crear una masa oscuro de tinta y jirones de hoja, la tiró en el bote de basura de la cocina y volvió a la mesa para seguir con la siguiente, ahora trato de dibujar un árbol, el castillo, un prisma con un arcoiris saliendo de el y más figuras garabateadas que tuvieron el mismo destino que las anteriores. Trató de calmarse y encendió un cigarrillo que a medias también fue a dar al mismo bote que las hojas. Era un absurdo que estuviera escribiendo algo para alguien que ya no podría leerlo pero tal vez ahí estaba la razón de hacerlo, de que ella ya no lo leería y para él seria algo así como una autosanación y un ahorro enorme en medicamentos y médicos con los que ya había acudido años atrás. Comenzó a trazar las primeras frases, entre rayones y letras temblorosas fue creando más frases que punzaban como latigazos pero que a su vez sanaban. Cuando terminó de escribir, la noche ya estaba instalada y con ella un hambre que reclamaba ser saciada. Guardó la recién nacida carta que aun no tenía un destino físico junto con las demás (que si lo tuvieron pero nunca fueron entregadas). Tiró de la mesa una masa de papel gelatinoso y pegajoso, se lavo las manos para prepararse algo que su improvisación culinaria le permitiera hacerse para cenar.

Ganas de dormir, miedo de dormir, ansiedad de dormir y cápsulas de clozapina que él daba por hecho que nunca las volvería a utilizar, siempre veía el frasco flotando en el cajón de sus discos viejos como si fuera la propia esquizofrenia que cada vez que a Olvera se le antojase escuchar algo de Bob Dylan, Pink Floyd, Clapton y abría el cajón con sus discos, ahí estaba ella siempre amenazando con salir de ese cajón que la guardaba pacientemente.
Quiso volver a construir su simulacro de vida, pero más bien trato de pensar en reconstruirlo de otra manera, que tomara otra forma, mutarlo, algo que se le asemejara más a la vida o a esa telenovela que estaba en el televisor donde los personajes terminaban en una felicidad imperiosa con las tres letras de FIN esplendorosas delante de ellos, y pensó en su vida como en una telenovela y que hoy fuera el final y terminarla con un FIN grande y decisivo cuyo futuro se sostenía como un puente inquebrantable de sucesos felices y gozosos.

Con las ganas de volver a trabajar mañana, de saludar con una sonrisa de agradecimiento a Susana, que volvía a ser su simple colega, con piernas adoloridas y el resto del cuerpo un poco también, y en el estereo de su recamara a un volumen adecuado para dormir sonaba por segunda vez en su día cierto disco de Pink Floyd, con estas condiciones se acostaba a deshoras listo para dormir después de fumarse un cigarrillo de marca nueva para él que no le terminaban de agradar.

Después de un día lleno de enlaces delgados a su pasado se preguntaba si en verdad habrá valido la pena todo lo de hoy, fue diferente en cada cosa que hizo y sintió y eso de alguna forma algo difusa era un logro que lo hacia sentir bien, repaso por su cabeza las caricaturas que había visto, volvió al recuerdo de la gallina aplastada que ahora le parecía divertida y a cualquier otra cosa para atraer al sueño y distraer a una presión en el pecho y a un poco de mareo que atribuía a esos feos cigarrillos con un camello en la caja.
    Un ataque de tos que supuso que era por la misma razón del mareo le interrumpió en el momento mas lucido de sus reflexiones. Casi eran las 11 de la noche y Olvera ya se dejaba vencer por el sueño, como si en el centro de su cama se entreabriera un hoyo y se fuera hundiendo en el poco a poco y los artículos de la recamara se fueran cerrando como un puño contra él para después volverse a la fuga, unas luces de colores se estrellaban en sus ojos adormecidos casi secos, se acercaban a él, se alejaban, se hacían grandes y pequeñas, hasta que dejo de verlas tras haberse encontrado con una paz profunda.

Y de las luces que antes estaban jugando con la razón de Olvera, que se iban y empequeñecían se dejaban escuchar las melodías del track número 6 que salían a la noche de estrellas rasposas por las ventanas abiertas, there is no pain you are receding… i have become comfortably numb.



martes, 18 de mayo de 2010

Nacho y Tomate, de Sandra Torres Salido

Hace unas semanas que Lili y yo comenzamos a asistir a un taller para promotores de la lectura y la narración oral, osea de cuentacuentos pues. 
Las primeras sesiones solo estuvimos teorizando respecto al tema de la atención, el cómo captar y estimular la atención del oyente. No me había percatado de la importancia de esto y de como muchos de nosotros logramos educar nuestra atención sin darnos cuenta propiamente de eso. En pocas líneas explicare lo qué es la atención estimulada:
Cuando aplicamos nuestra atención a un hecho, pueden suceder dos cosas; obtener una experiencia o que ese hecho nos pase de largo. Obtener una experiencia significa que al estar prestando atención podamos obtener un aprendizaje significativo para nosotros. Y de esto se deduce que una acumulación de hechos no es sinónimo de experiencia, por que bien muchos de esos hechos podrían habernos pasado de largo. O más fácil, el tener muchos años no significa que seamos personas con experiencia.

Pues en resumidas cuentas, algo de eso es. 
Para ir al punto cumbre de este post, queda decir que este lunes estuvimos trabajando ya con la narración de cuentos, y el que yo escogí para narrar y trabajar en las proximas sesiones es uno infantil que Lili me había enseñado hace tiempo. 
Y para no hacerles más largo el cuento, aquí esta el susodicho cuento.




Nacho y Tomate
Sandra Torres Salido

Nacho era un niño de campo, castaño de ojos verdes que tenía un amigo muy especial.
Lo conoció un día abriendo la nevera de casa.
Su amigo era un tomate grande y rojo y lo llevaba a todos sitios.
Era el último tomate que quedaba y estaba solo en la nevera
- ¿Mamá,  mamá porqué está solo ese tomate?-
- Porque el resto ya los hemos usado-
- ¿Pobrecito mamá me lo puedo quedar?-
- ¿Y para qué quieres tú un tomate Nacho?
Nacho insistió tanto que al final se fue contentísimo con su tomate.
Tomate y Nacho se fueron a jugar al bosque, jugaron primero a los piratas. Tomate era el corsario rojo que intentaba encontrar el gran tesoro sumergido con su grumete Nacho.
Siguieron las pistas del mapa secreto y llegaron al punto indicado, donde encontraron un gran cofre de joyas.
Tomate estaba muy contento, tenía un amigo humano.
La alegría hizo que le salieran unas patitas pequeñas como antenas, unos brazos verdes de hoja, y miraba a Nacho con sus ojitos de cáscara marrón.
Corría con sus patitas pequeñas detrás de Nacho.
- ¿Te gustaría ser tomate como yo Nacho?- le pregunto Tomate un día
- Claro que me gustaría – dijo el niño
Nacho se fue encogiendo hasta el tamaño de Tomate, se hinchó un poco y se puso verde, se había convertido en un tomate verde muy guapo.
Los dos juntos jugaron con las hojas de hierba como si fueran toboganes. Era muy divertido ser tomate.
Más tarde fueron al estanque y flotaron en el agua como dos pelotas, tirándose agua el uno al otro.
Cuando se hizo tarde Nacho volvió a ser niño y fue a casa a cenar con su amigo Tomate debajo del brazo.
- Ya es hora de dormir – dijo su mama después de cenar.
Nacho se fue a la cama con su pijama de Spiderman, y metió a Tomate debajo de la almohada.
Cual fue su sorpresa al levantarse, cuando quitó la almohada tomate estaba roto.
- ¡Buaaaaa! Mamá mi amigo está malito, no habla, no se mueve…-
- ¿Qué amigo Nacho?- dijo su madre muy asustada
- ¡Tomate…! – Nacho solo hacia que llorar y hacer pucheros.
- ¡Mamá, Tomateee… que voy a hacer!. Se ha roto, hay que llevarlo al médico que le ponga una tirita.
- Pero Nacho cariño un tomate ni habla, ni camina, ni se mueve.
- Mi amigo sí – insistía Nacho muy apenado, – mi amigo… hay que ir al médico mamá -.
Pero su mamá le dijo que no podía ser, que los médicos no podían curar a los tomates.
- Pues yo quiero que vuelva mamá, ¿con quien voy a jugar….?
Su mamá le dió una solución, enterraron al pobre tomate en el huerto y le dijo que si lo regaba de vez en cuando Tomate volvería.
Nacho no creía que Tomate volviera de aquel modo tan extraño.
Cada día lo echaba más de menos no podía jugar con los otros niños como con él, no podía columpiarse en las hojas de hierba, ni rodar por el suelo, ni flotar en el agua de la misma manera que lo hacía con él.
Nacho hizo caso a su madre y fue regando a su amigo, con el deseo que este volviera.
Un día de la tierra brotó un tallo verde que fue creciendo poco a poco, pero aquello no era su amigo Tomate.
Pasaron los días y al final creció una planta grande de la que salieron muchos tomates, que al principio fueron pequeñitos y verdes y después se volvieron rojos y hermosos.
Cada día cuando Nacho iba a verlos, bajaban de la tomatera y hacían un corro alrededor del niño cantando y bailando y el niño se sentía feliz.
Cuando Nacho se hizo mayor fue el mejor agricultor de la comarca y sus hortalizas eran la envidia de todos sus vecinos.
Si alguna vez pasas cerca de su huerta podrás verlo como habla aún con sus tomates y sus calabazas, quizás sea esta la razón por la que sus plantas crecen tanto.


domingo, 16 de mayo de 2010

Ronnie James Dio (R.I.P)



Lamentablemente, hoy por la mañana falleció este "pequeño"  gigante del Heavy Metal de un cáncer estomacal.
Nos ha dejado un Dios del Heavy, y ahora el mundo esta siendo invadido cada vez más por reguetoneros y narcocorridos. Pero los siempre fieles al Metal seguiremos en pie recordando a DIO !  |m|,


A él se le atribuye la famosa señal con de los cuernos con la mano, gracias a que su abuela solía hacer esa señal cuando DIO era niño diciendo que con eso ahuyentaría a los malos espíritus, después él la la comenzo a hacer en los conciertos con Black Sabbath.


Descanza en paz DIO !
Stand up and shout !!!!

jueves, 13 de mayo de 2010

El otro yo - Benedetti

Cerca de 1 año de su fallecimiento, y para recordarlo y leerlo más que nunca dejo un pequeño cuento =)



El Otro Yo.
Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la naríz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.

El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente , se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse incomodo frente a sus amigos. Por otra parte el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.

Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo que hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañana siguiente se había suicidado.

Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría ser enteramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.

Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le lleno de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas . Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: «Pobre Armando.Y pensar que parecía tan fuerte y saludable».

El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.

martes, 4 de mayo de 2010

Que no interrumpa lo cotidiano


He aquí una viñeta salida hace algún tiempo, algo sencillon para comenzar jaja


Lo que mas me gusta es la noche. Todo transcurre ahí, toda clase de pensamientos, de reflexiones, de fantasías. Nada más falso que los hipócritas rayos de sol que irrumpen por las ventanas en las ajetreadas tardes de verano, rebotando en todos los objetos, iluminándolos pero con un brillo opaco y vacío. Los mismos rayos de sol, los mismos de siempre que todo lo vuelven cotidiano. Nada como la noche en que todo se encuentra en su estado mas puro, sin ningún brillo falso, todo se muestra tal y como fue concebido. Los maullidos de los amoríos entre gatos, allá afuera los perros ladran, el viento nocturno surca los árboles, la noche con estrellas que no son las mismas de ayer y la gente replegando sus cabezas contra las almohadas hasta que de nuevo un puñado de chorros de sol lleguen a ensuciarnos y comenzar de nuevo con la jodienda que es vivir.

Bun)s(

viernes, 30 de abril de 2010

No hay un titulo definido para esta entrada ahora.

Desde hace tiempo venia queriendo crear un blog, pero nunca me había atrevido (tal vez weba, pendejez o yo que sé) pero por un azar del destino ya estoy aquí escribiendo la primera entrada, claro, este blog por los que me conocen sabrán que estará más enfocado a la literatura, publicare algunos cuentos maltrechos de mi autoría y tal vez me adentre en la poesía también, siempre tratando de mejorar y en no quedarme como un simple aficionado a la literatura, aunque el mismo Julio Cortázar se consideraba uno, entonces tal vez nunca pasare de eso, o simplemente escribir pero con un poco más de oficio de escritor, el oficio más solitario del mundo. Por que claro, hay una enorme diferencia entre escribir lo que piensas y lo que sientes para desahogarte a escribir literatura y mi objetivo desde el principio ha sido escribir lo que siento para desahogarme pero eso sí, creando literatura.

También pondré demás temas, como lo es la buena música, aparte de temas tal vez pendejos, por que de esos hay muchos (así como gente)

Y bueno, espero no solo perder el tiempo con esto, hay que tratar de sacarle algo positivo a todo este mundo bloggero, y hasta funge como una dinámica de charla con uno mismo =D

Merci.
Bun)s(
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